Educación canina obligatoria
Hay personas que no saben nada sobre perros, y lo peor es que algunos no se merecen tener perro porque no se esfuerzan por darle una buena calidad de vida.
Necesitamos licencias para tener perro
Hay personas que no saben nada sobre perros, y a veces bromeo sobre que lo peor es que algunos no se merecen tener perro porque no se esfuerzan por darle una buena calidad de vida.
Uno de mis objetivos como divulgador científico es que la gente tenga unas buenas bases sobre educación y etología canina. Pero no es posible ayudar a gente que no quiere formarse. Es por ello que quiero plantear la idea de la educación canina obligatoria, y tal vez gratuita — al menos la más esencial.
Una licencia…
Hoy en día, si quieres conducir un coche legalmente debes tener licencia de conductor. Y si tienes problemas conduciendo — al menos en España — hay un sistema de penalización que se asegura que puedas llegar a perder temporalmente el derecho a conducir si cometes infracciones graves.
Es casi impensable que una persona sin formación ni carnet de coche conduzca ni siquiera hasta el trabajo.
Un carnet de coche no es otra cosa que la forma de comprobar que la persona está capacitada para conducir. Así nos aseguramos de que no se conduce de cualquier manera, respetando unas normas de circulación y evitamos millones de accidentes cada año.
…para conducir perros
Antes de hablar de la licencia para conducir perros, debemos explorar porqué es necesaria y qué hay actualmente. Desde donde partimos y en qué se basa la licencia actual.
En algunos países hoy en día se obliga a sacarse una licencia para conducir Perros Potencialmente Peligrosos (PPP). Los requisitos para obtenerla son normalmente demostraciones de que tanto tú como el perro estáis sanos y bien adaptados a la sociedad — no eres un delincuente — además de haber contratado un seguro de responsabilidad civil, demostrando compromiso.
Por poner algunas observaciones de la licencia PPP — es un poco pesado de leer, os lo podéis saltar: lo analizaremos juntos — según el ayuntamiento de Girona:
Tienen la consideración de animales potencialmente peligrosos todos aquellos que muestran de forma individual una conducta de amenaza o de agresión sin provocación constatada o responden agresivamente sin ningún estímulo externo, previo informe o peritaje veterinario; también aquellos para los que reglamentariamente y con carácter general, para la especie o raza con independencia de la agresividad individual.
Están catalogados como animales potencialmente peligrosos los siguientes:
a) Perros que pertenecen a una de las siguientes razas a sus cruces: bullmastiff doberman, dogo argentino, dogo de Burdeos, fila brasileño, mastín napolitano, pit bull terrier, presa canario, rottweiler, Staffordshire bull terrier, terrier de Staffordshire americano, Tosa Inu o japonés, Akita Inu.
b) Perros que han sido adiestrados para el ataque y la defensa.
c) Perros que reúnen todos o algunos de los siguientes requisitos, excepto los perros guía o de asistencia acreditados o adiestrados en centros oficialmente reconocidos o en periodo de instrucción: fuerte musculatura, aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor y resistencia; marcado carácter y gran valor; pelo corto; perímetro torácico entre 60 cm y 80 cm, altura a la cruz entre 50 cm y 70 cm y peso superior a 20 kg; cabeza voluminosa, cuboide, robusta, con cráneo ancho; mandíbulas grandes y fuertes, boca robusta, ancha y profunda; cuello ancho, musculoso y corto; tórax ancho, grande, profundo, costillas arqueadas y lomo musculado y corto; extremidades anteriores paralelas, rectas y robustas y las posteriores musculosas, con patas relativamente largas formando un ángulo moderado.
d) Cualquier otro que indique el desarrollo y/o modificación de la legislación vigente.
Se necesita una licencia por cada persona que pasee el perro por la calle.
La vigencia de la licencia es de 5 años y se renovará por períodos iguales.
No hay que tener antecedentes penales en determinados delitos. Para solicitarlo, si son personas extranjeras deberá rellenar un modelo específico.
No hay que haber sido sancionado/a por infracciones graves o muy graves, en lo referente a la legislación sobre animales potencialmente peligrosos.
La documentación para todos los casos es la misma (renovación y alta).
Documentación a aportar:
- Solicitud en relación a la licencia para tenencia y conducción de perros potencialmente peligrosos:
- Certificado de penales
- Documento identificativo de la persona interesada
- Cartilla sanitaria veterinaria
- Certificado de no tener sanciones por infracciones graves o muy graves / declaración jurada
- Seguro de responsabilidad civil (si procede)
- Recibo vigente del pago del seguro de responsabilidad civil
- Certificado médico oficial
- Documento de identificación del animal expedido por un/a veterinario/a
- Documento de pago de la tasa o el precio público municipal (si procede)
- Fotografía actual
Fuente
Todo eso estaría bien, si no fuera porque es injusto e incompleto
¿Agresión sin provocación?
Voy a citar una parte del escrito sacado de la licencia PPP que he descrito anteriormente:
“Muestran de forma individual una conducta de amenaza o de agresión sin provocación constatada o responden agresivamente sin ningún estímulo externo”
¿A ver, por dónde empiezo…?
No es imposible, pero es altamente improbable que un perro ataque porque sí. Sin provocación constatada. Es decir, que puede haber provocación pero no haberla visto.
Lo que sí que es imposible — para tirarse de los pelos — es que un perro no tenga ningún estímulo externo. Los estímulos ocurren constantemente, eso es de primero de etología. Hasta la ausencia de estímulos — el silencio — puede ser un estímulo en sí. El perro puede tener asociada cualquier cosa a su conducta agresiva “saltar” si no lo conocemos y lo tenemos en cuenta.
Los perros no son máquinas. No se activan por un resorte interno porque sí. Piensan y tienen emociones, y a menos que el perro adore morder a otras personas no veo alguna causa de agresividad que no sea por un factor externo.
El problema es que la mayoría de las veces, la agresión ocurre por una provocación — voluntaria o no — de una tercera persona, ignorando las posibles consecuencias. No se es consciente o no se “constata” esa provocación y cuando el perro muerde todo el mundo pierde la cabeza.
Discriminación racial y de estereotipos
Se discrimina a una lista — que viene por defecto — de razas de perro que se considera peligrosas. Aquí tienes las caras de los “culpables”:
Si nos fijamos, casi en todas las razas consideradas como peligrosas se repiten ciertos patrones físicos. Por no mencionar que casi todo son pitbulls. Parece que se juzga al libro — o a razas enteras — por la portada.
Es racista, como si considerásemos que todas las personas de color son violentas. Un perro que tenga muy buen carácter, que jamás haya hecho nada, si nace siendo de cierta raza sigue siendo PPP.
Todos los perros son capaces de morder. Es posible que algunos sean más peligrosos en ese sentido, pero no depende solo de la raza. De hecho, cualquier perro que ha mordido a alguien automáticamente puede ser etiquetado como PPP.
Y tampoco tendría por qué ser así.
No conocemos bien la situación en la que se ha mordido al otro. Tal vez fue en defensa propia, no hay nadie que verifique cada caso. Nadie se pone del lado del pobre animal, que quedará estigmatizado de por vida.
Esto se podría solucionar usando el buen juicio — basándose en las observaciones de alguien bien formado en conducta canina — y analizando cada caso como se merece. Eso se podría solucionar si obligásemos a la gente a formarse.
Licencia PPP → Licencia para tenencia de Perros
Creo que la licencia PPP está equivocada, sobre todo en que mete a muchos perros en el mismo saco injustamente. Poniendo trabas después de un problema de este tipo y provocando que algunos dueños vayan por el camino menos humano, abandonando al perro.
La licencia PPP no es suficiente. Creo que para ser justos, deberíamos tener otro sistema de licencias más equilibrado, sustituyendo el actual.
Esto significa que de entrada se exigiese una licencia para tener ciertos tipos de mascota — si no cualquiera. Igual que haríamos para tener legalmente a ciertos animales con necesidades especiales.
La falta de información
Cuando vamos a tener un hijo, no se nos obliga a obtener una licencia, pero se nos bombardea con información desde todos los ámbitos: nuestros propios padres, los médicos y hasta los amigos nos dan millones de indicaciones y consejos. Si además sumamos nuestro instinto natural, no necesitamos que nos digan qué debemos hacer con la educación de nuestro hijo.
Un perro es muy diferente
Por mucho que a algunos les pese, un perro es un animal de una especie diferente— con su propio lenguaje corporal natural, entre otras muchas cosas — por suerte, están adaptados a nosotros. Pero muchos de nosotros no entendemos nada de lo que a veces nos comunican.
En la educación canina, no hay nada peor que un dueño ignorante a las reacciones emocionales de su perro. Así, es natural que el dueño pegue al perro sin leer en ningún momento muestras de miedo, aprendizaje de traumas, agresividad y hasta odio al propio dueño.
Aún peor, en España actualmente hay ciertas modas de adiestramiento de los años 70 — popularizadas por la televisión —que la gente sigue ciegamente y luego reclama saber sobre perros. Sin haberse formado en ningún momento.
Formación obligatoria para tener mascota
Si creásemos una licencia que requiriese una mínima formación sobre lenguaje corporal del perro, sus emociones, la vida social y educación canina básica, el mundo sería mucho mejor.
Seguramente prevendríamos la gran mayoría de casos que hoy en día se descubren demasiado tarde por adiestradores que no tienen nada que hacer. Y encima muchos tienen que estar corrigiendo a dueños que se piensan que lo mejor es un buen palo a tiempo. — yo digo que si no te ha funcionado, o se te ha rebotado antes, por algo será —.
Para ello, lo ideal sería que esta formación estuviera reglamentada, y que la dieran profesionales muy actualizados en el mundo del perro.
Incluso podrían montarse residencias y escuelas públicas de educación y adiestramiento canino. Convirtiendo lo que hasta ahora era algo secundario en — tal vez — un gran recurso y una referencia para mejorar la calidad de vida entre perro y amo. A mí me encantaría participar en un centro de estos, la verdad.
No hay nadie que pueda conocer y educar mejor al perro que un dueño observador y bien formado. Creo que ahí está la clave del futuro en educación canina.
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