La ciencia avanza: Tu perro piensa y te quiere

El artículo de hoy está dedicado a todos los que les interesa saber cómo el mundo del adiestramiento está evolucionando, y yo con él...

La ciencia avanza: Tu perro piensa y te quiere

El artículo de hoy está dedicado a todos los que les interesa saber cómo el mundo del adiestramiento está evolucionando, y yo con él

Llevo varios días queriendo escribir esto, sin saber cómo empezar. A veces pasan cosas que superan todas tus expectativas y te quedas sin palabras.

A partir de este artículo, habrá cambios en el paradigma que seguía en el blog. Y es muy probable que ponga avisos o cambie cosas de antiguos artículos que no considere correctos.

Quiero advertir que hoy hablo de mi opinión personal, no obligo a nadie a dejar de lado sus propias creencias. Cada persona aporta lo que puede al mundo, y ayuda a su manera. Yo lo hago a la mía.


Un poco de mi historia

Como algunos ya sabéis, llevo casi 10 años estudiando a los animales. Siempre he sido muy científico. Primero empecé desde la investigación en etología — rama de la psicología que observa, describe e intenta interpretar de forma objetiva la conducta animal.

Después de unos años en proyectos como investigador en zoológicos y parques naturales, buscaba más acción. Quería tocar, formar parte de lo que observaba, si pudiera ser con una aplicación directa y cotidiana.

Por eso escogí el adiestramiento y/o educación canina.

Me tenía que formar en una escuela especializada, pero para decidir dónde ir debía informarme. Aprendí todo lo que pude para escoger bien.

Estudié varios libros — algunos horribles, otros pasables. Hice unos 10 cursos online de la corriente americana.

La mayoría de lo que vi no me convenció por parecerme demasiado simplista, pero me influyó. Me acompañaba la sensación de que la disciplina estaba muy atrasada científicamente. Me sentía estancado y desilusionado.

Empecé un blog con todo este conocimiento con el objetivo de aprender más. Creía que estaba a la última y podía hablar con autoridad sobre perros, reproduciendo y aplicando lo que había aprendido.

Había un problema: en la educación canina hay más creencia que ciencia. Hay mucho gurú de los perros y estos tienden a crear reglas de oro, que pretenden aplicar siempre. Esto ahora tiene un nombre: modelos parciales.

Cuando se usa solo una parte de la ciencia sobre los perros y se ignora el resto, el adiestramiento no avanza y acaba reducido al misticismo científico.

El adiestrador se convierte en un encantador de perros con poderes mágicos que puede curar a los perros con solo tocarlos. También suele tener una serie de leyes muy simples que “siempre se cumplen”, excepto en casos donde no funcionan y se dice lo típico de “lo mejor será sacrificar el perro”.

Si alguien te dice que adiestrar es “muy fácil”, desconfía

Por ignorancia, se ha estado a punto de perder una disciplina con un potencial técnico increíble. En los últimos años, la investigación sobre perros ha avanzado mucho, sería un desperdicio ignorarla y aplicar únicamente una parte al adiestramiento.

Cuando hice, al fin, los cursos en la escuela EDUCAN mi mente explotó. Todo lo que he estudiado sobre psicología encaja ahora con la educación canina.

Recuperé la ilusión, vamos por el buen camino

Esta fue mi impresión sobre el primer curso:

Acabo de empezar y ya estoy flipando con el curso intensivo de adiestramiento en EDUCAN. En el buen sentido. Después de...

Publicada por Nick Gutiérrez en Domingo, 8 de julio de 2018

Esa experiencia consistió en dos cursos, cada uno de 15 días, con un contenido técnico y muy avanzado. Era realmente intensivo, ya que nos pasábamos más de 8 horas diarias en clase — de lunes a sábado — y había días que llegaba a casa rendido. Pero valió la pena.


Cambio de paradigma

En el mundo del adiestramiento están ocurriendo muchos cambios. Hay un cambio de paradigma en marcha — algo bueno —. Se ha visto que hay otras formas de enseñar a nuestros perros. Completas y científicas.

Avanzamos en nuestra disciplina

Con esto no quiero menospreciar todo lo que haya escrito en el pasado. La mayoría era correcto, pero tenía un punto de vista limitado sobre el perro.


¿Qué hay de nuevo?

La mente del perro (y de muchos otros animales) no es tan simple como aparentaba el conductismo clásico: delante de un problema no deberíamos limitarlos a modificar la conducta — lo que se ve — si es posible y si se conoce bien a una especie.

El ser humano no es el único que tiene mente. Aunque las otras especies no tengan lenguaje, piensan — pero en imágenes mentales.

Un perro tiene muchas más capacidades de las que le creíamos capaces.

En el siguiente vídeo, el dueño usó alfombras eléctricas para impedir que el perro se acercase a la comida. Observa cómo se sale con la suya y cómo se le nota que se para a pensar sus próximos movimientos.

Yendo más allá de la simple conducta, podemos encontrar la raíz de un problema. Esto cuesta más de observar, comprender y analizar que la conducta. Por eso mismo sospecho que hemos tardado más en descubrirlo.

Según el enfoque cognitivo-emocional — que no digo que sea el mejor (a mi gusto sí) pero es un modelo completo — se tienen en cuenta muchos factores a la hora de enseñar a un perro, que se podrían resumir en 4 preguntas o dimensiones.

  1. Dimensión Física: ¿Qué conducta hace el perro?
  2. Dimensión Emocional: ¿Qué siente el perro?
  3. Dimensión Cognitiva: ¿Qué piensa o cual es el objetivo mental del perro?
  4. Dimensión Social: ¿Cuál es la relación del perro con su entorno social?

Habrá cosas que aparentemente son muy simples, pero que tienen una segunda explicación. Por ejemplo, un perro que ladra constantemente puede estar haciéndolo, entre otras razones, porque:

  • Ha aprendido a hacerlo por asociación a una situación o señal
  • Ladra con un objetivo en mente, que se cumplirá si ladra
  • Está inestable y expresa su nerviosismo con el ladrido
  • Amenaza o avisa a alguien que lo está intimidando
  • Todo lo anterior a la vez

Si tenemos la mente abierta al analizar las causas de una conducta que no deseamos, veremos más posibilidades.

Aplicando estas cuatro dimensiones, puede parecer que se complican mucho las cosas. Pero esto solo significa que ahora los adiestradores tenemos muchas más herramientas aparte de las técnicas conductistas.

A su vez, mejora la calidad de los resultados. Es como si en matemáticas se hubiera descubierto la multiplicación: complica las cosas pero da muchas más herramientas para avanzar.


A todo aquel que sienta curiosidad por saber más sobre este enfoque o quiera introducirse en este sistema en desarrollo le recomiendo el libro de Carlos, su fundador.

Tu perro piensa y te quiere: Entrenar perros no es como te lo habían contado: Amazon.es: López García, Carlos Alfonso: Libros
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Y como no, recomendar la escuela EDUCAN para quien busque formación más científica y completa.

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